J. Pilates

   Joseph Hubertus Pilates nació en Alemania en 1880. Fué un niño débil y enfermizo que para superar sus limitaciones físicas estudió el cuerpo humano y practicó yoga.

   Durante la Primera Guerra Mundial se dedicó a entrenar a sus compañeros de campo y a trabajar con enfermos realizando ejercicios de modo que pudieran recuperar el tono muscular antes de ponerse en pie.

   En 1926 abrió junto a su mujer su primer estudio en Nueva York, adaptando para ello una cama de hospital. Muchos bailarines, deportistas de élite y famosos acudían a este sistema para recuperar su forma y su fuerza.

   Más tarde se consolidó con la apertura del Drago's Studio donde siguió estudiando y creando nuevos ejercicios.

   A su muerte con 87 años su esposa y heredera difundió el método. Más tarde una antigua alumna se encargó de la dirección y a la muerte de Clara, viuda de Pilates, se convirtió en la heredera oficial de la técnica y directora del estudio.

   A partir de 1977 difundió el Método Pilates por el resto de Estados Unidos y Europa.


Joseph Pilates dando clase



PRINCIPIOS BÁSICOS DEL MÉTODO PILATES

1. Control
   La buena postura solo puede conseguirse cuando todo el mecanismo corporal está bajo un control perfecto, es decir, sin movimientos bruscos e irregulares con el objetivo de evitar lesiones.

2. Concentración
   Mantener la mente concentrada en el ejercicio que se está trabajando y poner atención en sentir la actividad que se está desarrollando potenciará tu capacidad para ejecutar el movimiento correctamente.

3. Centralización
   El centro abdominal es el centro energético del cuerpo, todo movimiento se inicia desde el centro. Esta conexión logra el equilibrio entre la musculatura del abdomen y la espalda, estabilizando el resto del cuerpo.

4. Precisión
   La ejecución precisa de cada movimiento y una alineación correcta son las claves para equilibrar el esqueleto y evitar sobrecargas. Los movimientos intencionados y precisos desarrollan mejores patrones musculares para las actividades diarias.

5. Fluidez
   Durante la práctica del método es clave realizar los ejercicios con fluidez, de modo ni muy rápido ni muy lento. En Pilates se requieren movimientos gráciles, rítmicos y armoniosos siguiendo el fluir natural del cuerpo.

6. Respiración
   Una buena respiración forma parte integral de cada ejercicio, siendo siempre coordinada con el movimiento. Llevar un ritmo adecuado favorece la atención consiguiendo una conexión intensa y profunda con el centro de nuestro cuerpo.